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La fe viva de los santos
"Señor Jesús ¡qué lejos
estamos de esta fe viva de los santos! Nosotros, espíritus
sin inteligencia, lentos para creer (Lc 24,25), hombres
de poca fe (Mt 8,26), no queremos sufrir por ti".
Palabras recogidas en el
Libro:
Itinerario espiritual de
la misión de Mons. Melchor de Marion Bresillac |
Entramos en la Semana Santa
con un Jesús a lomos de un pollino. Alguien que pudo
llegar en olor de multitudes y con grandilocuencia, entra
a espaldas de un humilde burro, cerca de los sencillos,
cerca de la gente... indicándonos un camino, una forma
de vida.
En estos días recordamos
cada uno de los momentos en los que Jesús, viendo
lo que se acerca, no huye de la Cruz, sino que la afronta,
con dolor, porque pasar por ella no es fácil, pero
opta por ella. Por AMOR, acepta la persecución, el martirio, ...,
no corre hacia la muerte, pero tampoco la rehuye. Ve lo
que sus palabras están provocando, pero por ello
no modifica su mensaje, no lo suaviza para evitar lo que
augura. Continúa fiel al proyecto de su Padre: acogiendo,
identificándose con los más pobres y excluidos.
No duda de su Padre y lo
que le ha encomendado. Aquel que nace para ser rey, muere
olvidado por aquellos por quienes entrega la vida. Ante
esto, ¿Cómo nos ubicamos?
"Señor Jesús ¡qué lejos
estamos de esta fe viva de los santos! Nosotros, espíritus
sin inteligencia, lentos para creer, hombres de poca fe
, no queremos sufrir por ti".
Jesús, con confianza
total en un Padre de todos, que no rechaza a nadie, que
a todos perdona, camina hacia la Cruz. En este recorrido
muestra los puntos claves de su predicación: AMOR
Y PERDÓN. Dios mismo, en su hijo, se encarna en todos
los que sufren, se revela contra todas las injusticias y
perdona a los "Pilatos" de todos los tiempos.
Reflexionamos juntos.
Jesús nos pregunta: "¿Entendéis
lo que hago?
La Pasión y la Muerte de
Jesús es un acontecimiento presente y actual. Cada vez
que alguien es juzgado, sufre, muere, por una injusticia,
Cristo sigue siendo crucificado. Basta abrir los ojos a
la realidad, ¿cuantas personas viven hoy situaciones
así?
Ante esto Jesús nos
interpela:
"¡Lo que hayáis hecho
a uno solo de éstos, mis hermanos menores, me lo hicisteis
a mí!" (Mt 25, 40).
Oremos
Señor, ante tí
crucificado, nos presentamos. Que descubramos tu presencia, en los marginados, en los excluidos, en todos los que sufren
con sus cruces. Convierte nuestro corazón.
SMA |